El Gardasil: Una vacuna tan dañina como el glifosato
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Mario Lamo Jiménez
Hay que decirlo de una vez por todas, la vacuna contra el virus del papiloma humano (Gardasil) es una vacuna dañina y está costando vidas, salud, tiempo y dinero. Lo más grave de todo es que tras la aplicación de una vacuna que se supone que sirve para preservar la salud, niñas perfectamente sanas aparezcan de repente con una multitud de síntomas y afecciones que antes no tenían.
(Ver “Vacuna contra el VHP una tragedia anunciada: http://www.las2orillas.co/vacuna-contra-el-vph-una-tragedia-anunciada/)
El estrés económico, moral y físico está perjudicando a estas familias a medida que la salud de sus hijas se deteriora. Fuera de que la vacuna es dañina, lo más probable es que tampoco sirva para prevenir ningún cáncer uterino, y en el supuesto caso que lo hiciera, sus RIESGOS parecen ser más grandes que sus beneficios. (Ver: Testimonio de Valentina Valencia, víctima de la vacuna contra el VHP: https://www.youtube.com/watch?v=Il153ZdSSd0).
Colombia está siendo prácticamente un laboratorio de prueba para una vacuna que nunca se comprobó que sirviera para prevenir el cáncer uterino (eso tomaría hasta décadas para saberse) y que sus fabricantes saben que tiene efectos secundarios potencialmente peligrosos, a grado tal que aplicársela es como jugar a la ruleta rusa: “¿Me dejará discapacitada o no me dejará? ¿Me producirá enfermedades autoinmunes que deterioren mi vida hasta el punto de quedar reducida a una silla de ruedas o no?”
Estas NO son preguntas hipotéticas, sino basadas en síntomas reales que han sufrido niñas y jóvenes a quienes se les aplicó la vacuna. Pues bien, después de todo, un reportaje reciente de la NPR de los Estados Unidos (Radio Pública Nacional) ha demostrado indirectamente que la vacuna, así sirviera para algo ES completamente innecesaria, bueno necesaria solo para que Merck se haga billonaria. Aquí están algunos de los argumentos de dicho reportaje: (Ver: http://www.npr.org/blogs/health/2015/04/30/398872421/the-great-success-and-enduring-dilemma-of-cervical-cancer-screening)
“El cáncer cervical, el cual aún mata a 4 mil mujeres estadounidenses al año, es casi completamente evitable. Las pruebas de detección adecuadas pueden encontrar las señales de aviso tempranas que podrían producir un cáncer sin el tratamiento apropiado”.
La pregunta es, ¿por qué se necesita entonces una vacuna para algo que es “casi completamente prevenible” por medio de pruebas de detección adecuadas, cuando la vacuna es de por sí un peligro?
Y, esta es la raíz del asunto, la vacuna contra el VPH puede producir múltiples enfermedades, sometiendo a las niñas y jóvenes a un riesgo completamente innecesario, especialmente cuando YA existen pruebas de detección para saber si existe una infección por VPH y el mismo artículo menciona que:
“Aún en el caso en que un paciente contraiga el VPH después de un examen, ‘tiene años de protección por con base a esa prueba, por el largo tiempo que toma para que la infección se vuelva precancerosa’ (…) solo el 5% de las mujeres que tienen una prueba de Papanicolaou normal, pero positiva para el VPH tienen una afección precancerosa”.
En términos prácticos esto significa que el desarrollo de un posible cáncer uterino por el VPH se puede prevenir gracias al avance de las pruebas de detección. Y, si solo un 5% de las mujeres infectadas llegaran NO a tener cáncer, sino una lesión precancerosa, ¿cuál es el objetivo de vacunar al 100% de las niñas y jóvenes cuando solo un 5% por ciento de las que se infecten podrían llegar a tener una lesión precancerosa? La razón única que se puede dar es que la vacuna produce una gran ganancia para la multinacional Merck, mientras que las pruebas de detección posiblemente no le producirían ninguna ganancia. Lo que se está teniendo en cuenta para aplicar la vacuna NO es la salud de las niñas y jóvenes sino la conveniencia monetaria y las ganancias de Merck. Con la debida educación sexual y con las pruebas de detección adecuadas, la vacuna, aún en caso de que sirviera para algo, sería completamente innecesaria. Más aún las tasas de cáncer cervical comenzaron a bajar en los EE. UU. aún antes de que se introdujera la infame vacuna y gracias a las pruebas de detección, ¿cuál es la necesidad entonces de la vacuna?
¿Por qué se empeña el gobierno en envenenar al pueblo colombiano?
El caso del glifosato puede ser bastante indicativo de lo que está sucediendo actualmente con la vacuna gardasil. Da la casualidad de que ambos son venenos impuestos por multinacionales gringas para hacer jugosas ganancias a costa de la salud de la gente. El gardasil es producido por Merck, el glifosato por Monsanto. El glifosato ya sabemos que es un veneno, lo que ocultaba Monsanto es que además es un cancerígeno.
(Ver: http://www.ecoagricultor.com/finalmente-la-oms-confirma-que-el-glifosato-nos-esta-matando/)
El gardasil se presenta como una vacuna para “prevenir el cáncer uterino”. Hasta el momento, nadie en el mundo ha probado que haya prevenido ni un solo cáncer uterino, lo que sí se ha probado, al igual que el glifosato, es que ha causado muertes y enfermedades discapacitantes. En la práctica, para las afectadas, el gardasil es un poderoso veneno administrado cortesía del estado, el cual no advierte de los peligros potenciales y reales de esta substancia química llena de aluminio, una neurotoxina responsable entre otros por el mal de Alzheimer.
(Ver: Aluminio, fluoruro y glifosato: Una trifecta tóxica implicada en la enfermedad de Alzheimer y el autismo: http://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2015/04/01/toxicidad-de-aluminio-fluor-y-glifosato.aspx)
Hasta la fecha, los riesgos severos a que se exponen todas aquellas que se vacunen con gardasil no están reconocidos ni por el gobierno ni por el fabricante, y en un criminal juego de ruleta rusa aplican la vacuna, sin saber quiénes serán afectadas por la misma. El gobierno colombiano aceptó ambos venenos, el glifosato y el gardasil, sin siquiera parpadear, sin ningún tipo de control o investigación, basado solo en la palabra del gobierno gringo y si acaso en las investigaciones amañadas de las compañías que los producen.
(Ver: Testimonio de una joven afectada y de un experto de EE. UU.: http://www.escritoresyperiodistas.com/NUMERO17/victimas.html).
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ante la evidencia abrumadora que han presentado los científicos y organizaciones sociales acerca de las propiedades cancerígenas del glifosato, se tuvo que rendir ante la misma y dejar de tapar el sol con un dedo y declarar que el glifosato es un cancerígeno.
La misma Organización Mundial de la Salud se hace la de la vista gorda en el caso del gardasil, ya que forma parte de la cadena de distribución de la vacuna. Es como si la OMS distribuyera el glifosato y predicara sus bondades a la vez, dejaría de ser un actor imparcial en este problema, como no lo es frente al gardasil. De hecho, la OMS NO es imparcial, ya que tiene intereses creados en la vacuna.
Bien, ahora el Ministerio de Justicia ha enviado el siguiente comunicado respecto al glifosato:
“(la) Polémica por glifosato no debe desviarse. Los términos de la discusión están dados por fallo de la Corte Constitucional que el año pasado produjo una decisión en la que dice que el Ministerio de Salud y el Ministerio de Medio Ambiente deben hacer seguimiento a las fumigaciones con glifosato para cerciorase de que no produzcan daños en la salud. Y dice la Corte Constitucional que en el evento de que no haya certeza de la no existencia de riesgo para la salud se debe dar cumplimiento al principio de precaución ordenando suspender las fumigaciones. Con esta orden el Ministerio de Salud produjo este documento que envió el día de ayer al Consejo Nacional de Estupefacientes”.
Atención a esta parte, que por igual se podría aplicar al gardasil:
“Y dice la Corte Constitucional que en el evento de que no haya certeza de la no existencia de riesgo para la salud se debe dar cumplimiento al principio de precaución ordenando suspender las fumigaciones”.
En el caso del gardasil NO hay certeza de que su aplicación no implique un riesgo para la salud, entonces, ¿dónde está en este caso el principio de precaución del que habla el Ministerio de Justicia? El principio de precaución no se puede aplicar selectivamente y según los dictámenes del exterior. Colombia actúa plenamente como el país subdesarrollado y dependiente que es, sin criterio propio y yendo contra TODA la evidencia. En el caso del glifosato ya había pruebas de que era perjudicial para la salud humana y ahora en el caso de la vacuna gardasil, a pesar de los cientos de enfermedades casi intratables que está produciendo, el gobierno carece de criterio propio para juzgar la vacuna, no importa toda la evidencia acumulada de casos de niñas afectadas por la misma que están severamente discapacitadas, sin recibir tratamiento y que hasta son abusadas por los sistemas de salud que las califica de locas.
Es por eso que a la abogada Mónica León del Río (arriba, izquierda) le ha tocado entutelar, y exitosamente en varios casos, al Ministerio de Salud, para que las niñas afectadas por la vacuna reciban el tratamiento que necesitan frente a sus efectos adversos. Su tutela más reciente fue en Bogotá, a favor de 8 niñas afectadas por la vacuna. Dice ella al respecto:
“Lo que he buscado es el amparo del derecho a la vida, salud y fundamentalmente la atención integral en salud con cuerpos de profesionales que puedan atender la diversidad de síntomas que se presentan. Esta última tutela reconoce esa atención integral y ordena que se atienda la enfermedad con todos los medios médicos, farmacológicos y diagnósticos que estén o no dentro del sistema de salud y nos da la oportunidad de acudir a especialistas que no se encuentren adscritos a las entidades de salud a las que pertenecen las niñas, abriendo una puerta para que médicos independientes puedan investigar la compleja enfermedad producida por la vacuna.
“La diferencia con cualquier otra tutela es que busco el reconocimiento del daño producido por la vacuna y no solo atención en salud independiente de la aplicación de la misma.”
Y, sería todo un hito si la abogada León del Río logra que se reconozca que la vacuna está causando daños en la salud de las niñas y jóvenes colombianas. Un tribunal francés ya reconoció que la vacuna era responsable por lo menos del 50% de los daños de salud causados en una niña de ese país (ver: http://www.ageofautism.com/2014/06/sanevax-report-50-blame-to-gardasil-for-french-teens-disability.html).
Cito a continuación un reciente comunicado de prensa del Ministerio de Justicia respecto al uso de glifosato para combatir los sembrados de coca:
“En general la lucha contra el delito no se puede dar a cualquier costo. Por eso la Corte Constitucional ha dicho que por eficiente que sea la política de lucha contra las drogas no puede pasar por encima de derechos de salud de los colombianos.”
Parafraseando este comunicado, la lucha por la salud no se puede dar tampoco a cualquier costo, es decir, sin ver los daños secundarios que en este caso, una vacuna, está causando en cientos o miles de niñas y jóvenes colombianas. El gardasil, al igual que el glifosato, también “pasa por encima de los derechos de salud de las niñas y jóvenes colombianas”. ¿Dónde están los derechos de las niñas afectadas y de las que serán afectadas en el futuro si se sigue aplicando esta vacuna? Es hora de que la Corte Constitucional (o lo que quede de ella) se pronuncie al respecto. El gardasil, como el glifosato debe desaparecer definitivamente de las venas de las niñas colombianas. No se puede destruir sus vidas alegando que se las está salvando de un cáncer que posiblemente nunca iban a contraer. No hay que decir como decían los gringos en Vietnam: “Destruimos la aldea para salvarla”.
Para los que tengan dudas acerca de si este es un fenómeno exclusivamente colombiano, la respuesta es un NO rotundo. Niñas de todos los países donde se ha aplicado la vacuna han sufrido enfermedades autoinmunes y síntomas debilitantes. En los EE. UU. el gobierno ha pagado millones de dólares a las víctimas de la vacuna, ya que en ese país por ley no se puede demandar a su fabricante. En Dinamarca, acaban de sacar a la luz un documental donde se narra el drama de las niñas afectadas por la vacuna en ese país. (Se puede ver, subtitulado en español en este enlace: https://www.youtube.com/watch?t=63&v=mqRJmHZqChQ).
Como verán en el documental, tanto los doctores colombianos como los daneses se enfrentan a un problema que no pueden manejar, a una enfermedad inducida que es una composición de síntomas diversos que obedecen a enfermedades múltiples y dispares, con agotamiento, desmayos, dolores de cabeza, pérdida del tono muscular, vómitos de sangre, pérdida del pelo, sangrado en las encías, reglas que dejan de llegar y menopausia temprana o sangrados vaginales excesivos, pérdida de la concentración, incapacidad para continuar con el estudio o el trabajo y en casos más severos incapacidad total e incluso la muerte.
La pregunta final es, ¿cuándo va a reconocer el gobierno colombiano que así como rociaba con veneno nuestras tierras, está inyectando igualmente un veneno en las venas de las niñas colombianas? ¿Cuándo van a suspender como el glifosato esta fatídica vacuna?